dissabte, 9 de maig del 2009

Fotografías


He añadido un elemento más en mi ya superlleno bolso. La cámara digital.
Y es que de un tiempo a esta parte, me confieso una fotógrafa compulsiva (amateur, eso sí).
Ando con la cámara a cuestas si salgo de casa, y la tengo a mano, si estoy en ella, para poder captar este momento especial, esta imagen divertida, tierna, impactante….
Es lo que tiene de mágico la fotografía: Captar la vida, los momentos, unas imágenes que el tiempo convertirá en recuerdos impagables.
Mi padre ha reunido a lo largo de los años, mas de nueve mil diapositivas que yo voy escaneando para poderlas reproducir en el ordenador.
Evidentemente, la mayoría, son eventos familiares, viajes, paisajes y lugares, ligados de una u otra forma a mi familia. Es decir, de escaso interés para alguien que no sean mis hermanos, hijos, etc. pero para todos nosotros, son un recuerdo muy especial.
Allí están nuestras vacaciones, nuestros juegos, nuestros amigos, nuestras queridas mascotas (perros, gatos, tortugas, conejos de indias, periquitos, incluso un ratón blanco).
La afición de mi padre a la fotografía, empieza (más o menos) a principio de la década de los sesenta….y hasta hoy, que a sus ochenta y tres años, es un hombre vital, dinámico y entusiasta de las nuevas tecnologías.
Y este legado quiero yo dejárselo a mis hijos, nietos y las generaciones que puedan venir.
Porqué no imagináis como gozo con la cantidad de recuerdos que me traen estas fotografías que año tras año, mi padre ha ido archivando como un pequeño tesoro que ahora nos lega a nosotros, sus hijos, nietos y biznietos.
Gracias papá.

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