dimecres, 24 de juny del 2009
Océano
Ana navega por su océano particular de dolor, de añoranza, de recuerdos.
Y no navega sola.
Maneja el timón de la nave de Carlos, para que nosotros, los que en su día nos enrolamos con el, no estemos tan solos.
Y Ana, que sufre la más terrible soledad, la de haber perdido a su compañero del alma, tiene el valor de continuar escribiendo sus vivencias, sus sentimientos, su añoranza, en el blog que Carlos empezó.
Admirable Ana.
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